viernes, 10 de julio de 2009

ciberadministración y equidad

En el curso de los últimos diez a 15 años, la ciberadministración ha evolucionado hasta volverse la infraestructura privilegiada que sostiene la función de los poderes públicos y su interacción con los ciudadanos y las empresas y constituye el eje de la comunicación y de la prestación de servicios en el sector público, como lo describe el informe de la OCDE “la administración electrónica para una mejor administración”.

La variada gama de ciberservicios ofrecidos por las administraciones públicas, que van desde la transmisión de declaraciones de ingresos a la matrícula de vehículos, ha permitido mejorar la eficacia y racionalizar los procesos y de esta manera, facilitar la interacción entre los ciudadanos, las empresas y el gobierno.

La administración de distintos mecanismos de gestión económica a través de plataformas y medios electrónicos(o ciberadministración), contribuye al proceso de reforma y modernización del Estado, al cual el gobierno electrónico de alguna manera pertenece y del cual se desprende, ofreciendo los medios y canales concretos (aunque virtuales) de transformar el sector público a través de un proceso permanente. A través de los medios así dispuestos, se impulsa la innovación y el cambio obligando a las administraciones públicas a repensar sus estructuras organizacionales, la repartición de sus responsabilidades, asi como los procesos de emprendimiento del sector público.

Para que los poderes públicos puedan entregar servicios informatizados de manera individualizada y coherente, deberán ser vigilantes para constantemente rediseñar los mecanismos puestos en plaza para acoger las demandas, otorgar soporte y definir de manera proactiva las necesidades de uso con la ayuda de los ciudadanos.

Los trabajos a realizar en éste ámbito, apuntan a cumplir con los siguientes objetivos:
- Mejorar la eficacia en el tratamiento de grandes cantidades de archivos y la ejecución de tareas propias a las administraciones públicas, por la puesta en obra sistemática de la ciberadministración. Las aplicaciones de internet pueden traducirse en economías notables en términos de recolección y transmisión de los datos, de entrega adecuada d e información y de comunicaciones con los usuarios y de facilitar el trabajo y la reflexión analítica conjunta de los datos al interior de las administraciones y de manera interoperable entre ellas, respetando la vida privada de los ciudadanos y sus datos personales.

- Mejorar los servicios públicos estableciendo la convivialidad en el centro de los programas de transformación y de reforma del sector público. A través de éste programa que utiliza internet, colaboramos con la administración a constituirse en organizaciones unificadas y entregar servicios crecientemente homogéneos. Los servicios deben ser desarrollados en función de la demanda y de su utilidad para los usuarios en el marco de una estrategia global de prestación de servicios.

- Mobilizar el potencial de las redes colaborativas para favorecer el intercambio de información e ideas entre las personas y las partes y contribuir a lograr los objetivos de acción que se hayan establecido de manera comprensiva y plena. Así por ejemplo, la disponibilidad de informaciones on line, puede promover la utilización de un programa de habilitación o de formación y el intercambio de informaciones en el sector de la salud puede mejorar la utilización de recursos y la atención a los pacientes. Compartir la información que concierne a temas similares o que se pueden trabajar en conjunto, inciden en la mejora de los procedimientos y la generación de nuevas respuestas, así como de reducir los tiempos de atención y seguimiento. Por cierto, es necesario considerar que estos beneficios no necesariamente se podrán constatar en el corto período de aplicación de la presente propuesta, pero que su implementación constituirá un momento importante del proceso.

- Se contribuye asimismo a los esfuerzos desplegados para combatir la corrupción, favorizar una apertura mayor y acrecentar la confianza en la administración y reducir los gastos públicos al aumentar la eficacia creciente de los programas así como de las mejoras en productividad realizados gracias a la simplificación administrativa y la mejora de una información completa, confiable y permanentemente actualizada de manera colaborativa.Finalmente, pero sobre todo, promovemos la Sociedad del Conocimiento, aquella orientada hacia el desarrollo, colaborativa y centrada en las personas (según la definición), en que la información adquiere sentido porque se interpreta en función de logros superiores: plena participación y toma de decisiones descentralizada y polisémica, justicia, equidad y respeto, la vida y la felicidad como derechos.