Construimos mapas sociales de un territorio cognitivo siempre cambiante.
Para pasar desde la simple presentación de información, a una situación en la cual los programas de computación puedan intercambiarla entre sí, combinarla con otros recursos de información y procesarlos de una manera significativa, se requiere la capacidad de establecer acuerdos sobre una amplia cantidad de temas y condiciones relacionados con el contexto dentro del cual la información es creada, transmitida y utilizada.
Éste es precisamente el sujeto de la interoperabilidad semántica. Considera establecer por ejemplo, compromisos sobre maneras de descubrir, representar y dotar de contexto a la información. Esto permitirá compartir y procesar información a herramientas automatizadas, aún cuando hubieran sido diseñadas de manera independiente.
El objetivo no es sólo permitir el vínculo entre recursos de información sean linkeados, sino también permitir que la información sea automáticamente comprensible y consecuentemente, reutilizable por aplicaciones de computacionales que no estaban contempladas en su creación.
No obstante, lo anterior refiere esencialmente a las condiciones de intercambio (o búsqueda) de información y contenidos, de acuerdo a las características propias de los sistemas, es decir a las relaciones “máquina-máquina”. Por cierto, antes y después, así como en cada momento del proceso, encontramos la presencia humana, pero esta “interoperabilidad semántica”, remite esencialmente a una comprensión del “significado” que no encuentra –aún-, al ser humano en el centro “semántico” del proceso y sus condiciones, pese a que las definiciones de su contexto que lo implican, constituya el momento decisivo de su irrupción.
La paulatina consideración de esta perspectiva, que en tanto “operativa”, bien podríamos llamar “natural”-, ha llevado a que estos desarrollos impacten en una dimensión más propiamente cibernética y que aumente la conciencia de la necesidad de incorporar a los seres humanos como partes no solo activas, sino esenciales del proceso.
Particularmente interesante resulta en esta perspectiva de convergencia, la irrupción del cloud computing, como corolario cibernético a la web social y el nivel de institucionalización que las estrategias colaborativas adquieren en el contexto de la triple hélice.
El trabajo en las condiciones gubernamentales de implementación de la ley de transparencia, articulan –lo hemos dicho-, un novedoso escenario en que coinciden los procesos de reforma y modernización del estado, las estrategias digitales, Internet y los servicios en web, los cuerpos normativos y legales, la eficiencia del servicio público y los principios éticos, el avance internacional en la materia, la transversalidad de las relaciones en el gobierno, la configuración de nuevos cúmulos de trabajo, para abordar nuevas temáticas y una decisiva presencia de no menor impacto en la sociedad en su conjunto.
Esta situación, cuyas consecuencias políticas no pueden soslayarse, constituye tal vez, la demostración irrefutable de haber entrado de pleno pie en la Sociedad del Conocimiento, que habrá de acogernos en los años a venir. Una sociedad, orientada hacia el desarrollo, centrada en las personas y dónde éstas colaboran entre sí.
Esta situación de contexto, no obstante, requiere de un acendrado intercambio entre las personas que están interactuando de distintas maneras en este nuevo espacio permanentemente recreado en sus alcances y dimensiones.
La captura de la imagen a través de distintos dispositivos, cada vez –y al mismo tiempo- más baratos, eficientes y portables, se nos aparece como el medio apropiado para iniciar las condiciones que permitan establecer el”relato”. Esta metodología de captura –y producción de la “historia”, en su multiplicidad no unívoca-, tiene una serie de propiedades adicionales que deben ser consideradas y que remiten directamente a los cambios “cuánticos” que, asumimos, se están produciendo a una gran velocidad (de mutación) en los sistemas cognitivos y que básicamente pueden ser sintetizados como un salto desde la racionalidad hacia la intuición.
Asumir las condiciones de la “inmediatez” en red, es parte final de un proceso en que los sujetos dejan de tener “dependencias” y se convierten plenamente en personas que saben y dicen (lo que sepan y alcancen a decir, pero sin trabas). Éste camino de expresión sobre un universo de escucha prácticamente universal y deslocalizado, genera confianza en las personas mismas que hablan y que son así vistas en el discurso. Ésta entrada de interoperabilidad semántica, termina señalando que en nuestro parecer, lo más importante de todo, en lo referente a metodología-semántica, debe ser que se utiliza el lenguaje que es apropiado y coherente a la época en que vivimos, es decir: la imagen en movimiento.
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